jueves, 16 de octubre de 2014

Fall.

La niebla nos envolvía como una nube de desengaños, y el humo de su cigarro se mezclaba con ese frío invernal que huele a desesperanza. Con las manos en los bolsillos del pantalón, suspiraba mientras el horizonte se desdibujaba, y yo,
desde su espalda, dibujaba mentalmente todas las lineas de su espalda,

aunque no me atreviera a tocarlo.

Ese aire de melancolía y tristeza, mezclado los restos del tabaco de liar es algo que hay que tener muchos cojones para romper,

y yo,
qué queréis que os diga,
pero nunca fui tan valiente.

lunes, 19 de mayo de 2014

Memorias de entre railes.

'Y justo cuando pensaba que la anestesia había empezado a hacer efecto, y no me dolías tanto, empezó a llover fuera, las gotas caían sobre el cristal de un paisaje desdibujado, y yo, sin previo aviso, me resquebrajaba de nuevo. Una sola grieta, sangrante y profunda, que dejaba ver entre dolor y dolor, que sigues ahí. Dentro. 

Como la tinta de un tatuaje que por mucho que raspe, no consigo quitarme.'

domingo, 27 de abril de 2014

Resiliencia, o eso dicen.

Y no sabes lo peor. La parte peligrosa. La parte en la que te quedas colgado, no sabes que hacer y dejas de sentir. Y si no sientes no duele. Pero si no duele no entiendes los daños colaterales. Y esos, esos son los más jodidos. Porque vale, si no sientes eres libre. Jodes con quien quieras y a quien quieras. Y eso, al final, es tan malo como llorar por quien no lo merece. Porque nunca sabes en que momento la pelota va a estallar, y ni el sexo, ni el alcohol ni la música ni nada que tengas a mano te va a ayudar a pasar el mono. Ni siquiera el café. El mono te va a pegar tal hostia que te van a doler todos los huesos y músculos del cuerpo y no vas a poder hacer nada por evitarlo. Y te va a doler. Y te va a joder. Y te vas a sentir tan gilipollas que no vas a saber por dónde salir. Y vas a llorar tus lágrimas y las que no te corresponden por alguien que ni tan siquiera se ha preocupado de merecerlas. Y te va a doler. ¿Y sabes qué? Que eso es lo peor, que te duela a tí, cuando lo único que quisiste fue tener algo cálido a lo que agarrarte, algo sincero, algo medianamente coherente a lo que aferrarte en este caos que tienes por vida. Pero ni por esas, y parece que, a este paso, la zorra sin sentimientos va a volver a aflorar como forma de vida para que puedas ir paso a paso, sufriendo lo menos posible, dentro de lo malo. Que no es poco. 
Y mientras tú, follándote a cualquier golfa que se te haya cruzado por el camino de la que te niegas a tí mismo el sentir algo coherente, por cobardía. Y ya. 
Y no me valen excusas.

Porque estoy por encima de niñas que buscan un polvo de una noche, igual que estoy por encima de tu inseguridad, por mucho que me duela, porque no me merezco más mierda de la que ya tengo. Asi que igual a estas alturas deberías aclararte, corazón, o eso, o la baraja te demuestra que poco a poco, vas a tener las de perder. Y no sé, que lo mismo te gusta eso de ir perdiendo cosas por la vida, pero lo siento, yo ya perdí más de lo que iba a mi cuenta, y ahora, solo me queda ganar. 
Are you in or out? 

miércoles, 23 de abril de 2014

Umbral del dolor. / I

Lo peor es pensar que merecemos más, ¿no crees? Más de todo, y menos mierda. Sin embargo, a pesar de las continuas decepciones, he ahí. La duda de el no saber qué vas a encontrar después, si lo que has tenido ha sido lo suficientemente bueno. Si ese sentimiento se repetirá.
La duda.
Mata, te absorbe y te quema. ¿Soy suficiente?

Quién dijo que tenía que acabar, ¿eh?. Quién fue el hijo de puta que puso fechas de caducidad. ¿Por qué esa necesidad de aferrarte a algo que se va? No es suficiente lo que pasa fuera de nuestro control, que además de eso nos aferramos a cosas que sabemos que duelen, solo porque sabemos que el dejarlas ir va a doler más. Nadie nos explicó nunca cómo sobrevivir a un jaque mate. Ni que con cada caída te vuelves un poco más de hielo. Y que cada vez que sientes un poco menos, duele un poco más. Nunca está la medida exacta. ¿Cuando es suficiente? ¿Cuando es demasiado? ¿Cuando tienes que soltar todo el aire, y hacer las paces? No somos más que los errores que cometemos, los recuerdos que nos quedan y los besos que no fuimos capaces de dar. Y las despedidas, las cartas sin firmar, las noches en duermevela, pensando cómo habría sido todo si hubiéramos sabido decir un 'Adiós' como Dios manda.
Somos todas y cada una de las frases que garabateamos en un mal intento de perdonarnos. Somos las canciones que oímos a escondidas, las que nunca admitiremos que a pesar de los años duelen como el primer día. Somos nuestros fantasmas, los que al fin y al cabo, te arropan por la noche, porque son lo único que te quedan.
Son el sabor amargo de ese momento en el que te das cuenta de que ya no queda nada. Son las cuatro cervezas vacías, el cenicero lleno, y las cicatrices que nunca terminan de cerrar.

Soy todas y cada una de las cosas que nunca dije, lo que nunca admití, y lo que me mantiene en pie por las noches. Y tú eres todas las cosas que nunca te has perdonado, las que te hacen seguir respirando, clavándose como agujas en tus pulmones, y la tinta. Lo que está escrito, y lo que está por escribir.

Son esos fantasmas hijos de puta que follaron, dolieron y se emborracharon.
Y nunca se perdonaron por ello,
y por eso no se dejan ir.



sábado, 19 de abril de 2014

xx.

'You know what the worst part is? The emptiness. The lack of something inside that keeps you moving on. The thought of you, trying to be erased. But is in there. Like a tattoo. In my skin. You are still there. As warm as usual. And me, here, getting colder every moment that passes by. Without you. Missing every moment we haven't spent together since you walked away.

And I'm still here,
standing,
alone.' 

jueves, 3 de abril de 2014

IV / From the city of bright lights.

'Cada vez tengo más claro que en esta vida has de rodearte de gente que te inspire. De gente que te haga tener ganas de conseguir ser tu mejor versión, de crecer y evolucionar. Gente que te haga sonreír, vivir momentos que te enseñen, y exprimir cada segundo que marca el reloj. Gente que te busca, a pesar de tenerte al lado, porque te quiere encontrar en los días buenos y en los días malos. Esa gente que te mantiene viva, que te da la chispa del momento. Ya sea trabajando, tomando un café, o en medio de una discoteca. Gente que está ahí, y a la que lo primero que hay que hacer es dar las gracias.

Por que es esa gente la que te hace querer ser lo mejor que puedes llegar a ser.'

Gracias, a los que estáis, los que sois, los que venís y los que os vais. Todos los que en algún momento me habéis inspirado el sentimiento de conseguir mejorar. Y sobre todo, a esos que aparecen por sorpresa, y han venido para quedarse.

Mi medio Punto G, va por tí, 
que te he echado de menos.

An.

miércoles, 2 de abril de 2014

III/ City of bright lights

'Me sangran los puños de rabia mientras pienso que tú y yo somos dos títeres que han jugado a esconderse de si mismos, a contarse lunares y a engañar puestas de sol entre ecos de humo y orgasmos. No queda nada de esos días, y las paredes de la memoria están llenas de los recuerdos, que a diario me prometo olvidar(te) y nunca consigo pasar del primer asalto.

Te fuiste, pero dejarte ir es lo jodido. 
Y mientras yo, con este vacio en la boca del estómago, desangro el reloj mientras la metralla de la guerra que perdimos aún resuena bajo mis pies.

Y mientras yo, aún echandote de menos.'

lunes, 31 de marzo de 2014

II / City of bright lights

'A veces lo peor es no ser capaz de distinguir el dolor. Estoy acostumbrada a él pero en días como hoy se desdibujan los límites y no sé qué suelo estoy pisando. Cruzo semáforos de calles sin nombre, oyendo canciones que llevan tu nombre, veo pasar estaciones de metro en las que parece que me estarás esperando, pero no.
Y siempre se desdibujan las lineas,
y eso, eso es lo que más duele.'

domingo, 30 de marzo de 2014

Parecía uno de esos días en los que necesitas amar a alguien. Estar enamorado es siempre una estupidez, pero hoy la idea sonaba como una locura casi necesaria. Quererte, a ti o a cualquiera; morirse, por ti o por cualquiera; que se volvieran locos, tu o cualquiera.

Una cama que no estuviera vacía a las nueve de la mañana, ni fría a las once y media de la noche. Beber el mismo té al despertarse y de la misma copa de vino después de cenar, tirados en el sofá, cubiertos con la manta verde que compramos en aquel viaje a alguna parte que decidimos en cualquier momento de locura, de esos que entran de madrugada cuando tienes los pies fríos y la ventana abierta pero no importa.


Supongo que no tendrían más que abrir mi cuaderno de notas para saber que sólo me enamoré una vez, que odio los martes, a la gente que se parece demasiado a mi y que nunca tuve suerte con la informática. Será por lo que este sábado olía a soledad. 
Y a ti, o a cualquiera.

lunes, 24 de marzo de 2014

I / city of bright lights.

El primer paso fue pisar la estación, y sin querer, me cruce con ellos,
nuestros fantasmas.

De aquellos días,
el brillo de mis gafas de sol y tu sonrisa de impaciencia, las ganas de comernos el mundo,
y dejarnos en los huesos.

Todo es tan jodido desde que no estás,
como si fuera un decorado de cartón por el que paso pero nada es del todo real,
y se fuera desvaneciendo poco a poco.

Solo me queda aferrarme a las letras de las canciones que compartimos,
con la excusa de coger a tu recuerdo de la mano,
y perderme en los días en los que ninguno estaba tan solo,
ni tan jodido.

Cuando me monté en el bus, el asiento vacío a mi lado me devolvió a la realidad
con una hostia de nostalgia,
que todavía estoy intentando que se me vaya de la garganta.

Y qué,
nada vuelve a ser lo mismo.
Nada,

y yo aquí,
tan sin tí.

lunes, 10 de marzo de 2014


Es música. Es poesía y son recuerdos. Es lo que queda cuando piensas en cómo sonaría la memoria mientras dibujas y te dejas llevar. Lo que surge cuando miras hacia atrás. Es la banda sonora de una historia. Son las notas que desangra el saxofón de tu canción favorita. Es un gracias, una despedida, y un beso. Es el último café, la última sonrisa, y el último guiño a los acordes que se deshacían en esos días de lluvia que siguen estando bajo la piel. Es una parte de mí, es ese error tan bonito que fuimos.
Y tan jodido.

martes, 4 de marzo de 2014

Esas palabras que en los días prohibidos son como gotas frías que recorren la espalda, como heridas de bala que nunca terminan de cerrar - ni de llegar -, como los días que no consigues levantar la vista del suelo, te escondes en una bufanda y un jersey viejo, y tiras de recuerdos para dar un par de pasos más. De cómo olía a tí la camiseta que solía robarte, tu café recién hecho, o tus cigarrillos a medio fumar. 

Sin embargo lo único que me queda ya es teclear textos nostálgicos que siempre dejo a medio acabar, como si tirar de demasiados recuerdos fuera a desgastarlos y no quiero. Te quiero - para mí -. No hay escritos que valgan, ni noches en vela, ni canciones que lleven tu tacto en ellas. 

No. Lo único que me queda son tus recuerdos. Y no los comparto. 


Te empeñaste en desaparecer, idiota. Pero antes se aseguraste de dejarme bien marcada la memoria.

'Como si no tuviéramos nada que perder, ¿sabes?. Como cuando jugabas a dejarme sin aliento a base de miradas, y esa sonrisa a medio lado conseguía dejarme fuera de juego. En el ring. Esa cama. En aquellos días. 

Fuiste mi mejor medalla, y los golpes valieron la pena.'

lunes, 3 de marzo de 2014

Y te miré mirándome, sin poder tocarnos. No entendía si lo que rondaba mi cabeza era la idea de huir a tiempo o la de seguir leyéndote los textos que tu escribías con mis manos. Opté por mirarte, mirándome, y leerte leyéndonos.

viernes, 28 de febrero de 2014

'Cuando el reloj marca las 6 am aparecen los fantasmas. Y yo vuelvo a casa a encontrarme con unas sábanas frías, con un café insípido y con un pijama que se queja porque tú no tiras de sus costuras. Vuelven las horas más oscuras, las del amanecer.
Ese en el que tú, el últmo idiota por el que la última idiota llora, 
no está.

Y aún así, 
ter saudade.

Y aún así.' 



Lo jodido no es volver sola a casa,
lo jodido es que no estás. 

An,

'Escritos a deshora, la poesía de las noches de alcohol y malos tragos de tristeza.' 

miércoles, 26 de febrero de 2014

Era viernes y hacía frío, como es normal en Diciembre. No recuerda si eran las siete de la tarde o las nueve de la mañana, pero no importa, era viernes y hacía frío, como es normal en Diciembre.
Todo en orden: jerséis en invierno, y pantalón corto en verano, eso sí, el café es atemporal, da igual que el termómetro marque cinco que cuarenta, con leche y dos de azúcar.
Nunca (o casi nunca) llevaba calcetines, ni se bañaba por las noches. Odiaba los martes, más que los lunes; los miércoles tampoco le gustaban mucho, aunque si más que los domingos y los viernes. Le gustaban los jueves. Y Octubre. Y Abril.
Se mordía las uñas hasta que el dedo le sangraba, solía hacerlo más en épocas de estrés, que era cada martes y algún que otro domingo de invierno, sobretodo en Diciembre. Rara vez se desnudaba para dormir y en ocasiones hacía la colada con ropa de un solo color.
Cada mañana se cepillaba los dientes al despertar.
No es consciente del día que empezó a dibujar, pero no ha parado desde entonces, le pasaba lo mismo con la comida china y con el té de canela.
Jugaba a ser fotógrafo, y a veces hacía con que escribía cosas tristes.

Creo que una vez estuvo enamorado.

martes, 25 de febrero de 2014

'Cheque en blanco de besos al portador. Y tu espalda en mi retina.'

Y así estoy, 
a día de hoy aún.

Jodida y echándote de menos, con actos suicidas paseando entre recuerdos. En noches jodidamente frías.

Donde tú ya no estás. 

Y qué cojones puedo hacer, 
si te volviste el único vicio,
del que no puedo desengancharme. 

Joder. 

lunes, 24 de febrero de 2014

Y recuerdo cuando me hablabas. Cuando el tiempo se detenía y me contabas secretos. Tuyos. De los que llevas bajo la piel y que no olvido por mucho que me empeñe. Porque eran parte de tí. El por qué de tu cabeza baja, o el por qué de tus medias sonrisas. Los por qués de tu tinta, de tus camisetas rotas. O el por qué de cuando me las dejabas a mí para ponérmelas. 

Las lineas de la persiana nos oyeron hablar de tantas cosas que a día de hoy aún siguen cayéndome a cuentagotas por la memoria cuando menos me lo espero. Como el vaho de este invierno tan hijo de puta, en el que ya no hay pasos al lado de los míos.  

Me hablabas. De tus fantasmas. De tu música y de tus sueños. De tus pesadillas. De cómo te gustaba dejar escapar el humo de esa forma. Me hablabas, con el café en la mano, o recorriendo la linea de mis huesos. 


Me hablabas. Pero lo mejor de todo es que no solo lo hacías con palabras. Tus miradas y los besos que me diste han sido el mejor lenguaje que he aprendido nunca. 

Eso, y el regusto que dejaba tu café.

Me hablabas, 
y he de reconocer, 
que el eco de tus palabras,
se me quedó en la piel.  


'Esas mañanas frías y lluviosas en las que tú y yo nos perdíamos del mundo. Encendíamos la música y el olor a café y a nosotros impregnaba la habitación. 
Esas mañanas.' 



domingo, 23 de febrero de 2014

"Parecía un amor nocturno de madrugadas a distancia: se amaban en el incógnito mutuo de desear sentirse, de madrugada, a distancia.
"Consumirnos", se decían el uno al otro esperando a que alguno de los dos diese la primera calada y comenzase la locura de esta precoz estupidez anestésica en la que se vieron envueltos desde aquel martes - pro primera vez pasaba algo bueno un martes, era casi miércoles - de febrero en el que el frío ya no importaba porque la ropa ardía y la piel se deshacía."

miércoles, 19 de febrero de 2014

"Me vi por un momento recorriendo mentalmente los alrededores y mirando los paisajes planos que delataban la crueldad del invierno que los había dejado desolados, me vacié un poco más por dentro.

Y de pronto tú, diciendo que la tristeza era buena, que bebíamos de la apatía, de lo incierto y de la desolación de los paisajes planos en invierno. 
Y del vacío.

Y quise saber a ti. Como cada madrugada. Quise respirarte en la cara. Respirarte, a ti. Como cada madrugada. Hacernos los dormidos."
"Escuchar canciones tristes cuando te quedan despedidas por hacer es una mezcla homogénea y perfecta ente una acción masturbatoria y una auto lesión. Como una flagelación placentera que te hace sudar y sangrar al mismo tiempo. 
Le das al play y es como sí te quitaras la ropa, lento, y luego, justo en el momento en el que estas totalmente desnudo, frío, hielo, escarcha. 
Y calor de nuevo.
Como la literatura triste o una película que habla del amor cuando se acaba. Nos gusta masturbar el alma con dolor ajeno, en el cual te lees, te ves, te escuchas. Los saludos desde el tren, girar te cuando te vas, o alargar el brazo para retrasar el momento de soltarse las manos, no son más que puntos de clímax de un orgasmo cuya decadencia comienza para dejar paso a un invierno interno y vacío."


"Un suspiro que me vacíe el pecho y me comprima el alma contra el esternón es lo único que yo buscaba. Un suspiro que borrare la memoria y paralizase la circulación después de leer la nota en la que él había escrito "muere bajo mis sábanas".
Un suspiro que me nublase la vista porque el aire falta.
Porque él falta."

"Adoraba desde pequeño viajar en tren, así es que no sería un esfuerzo.
El único enemigo de nuestros besos era el tiempo, que nos separaba en la distancia de los días.
Inhalarle, que me inhalase. No pedíamos tanto.
Pero el tiempo - al que ya nombré como enemigo de nuestros besos y repito como hincapié de un dolor que ahora me quema - me sentaba frente a él como una madre que espera con la luz encendida a que llegues a casa de madrugada, y me lo negaba; el permiso que yo necesitaba para encontrarme con sus manos."

A J.S.

domingo, 16 de febrero de 2014

'Y cuando tiemblas de rabia, te sangran los nudillos y el sentido común se tambalea, te das cuenta de que vuelves a estar donde te juraste que nunca volverías a pisar. Y tu, cojo de equilibrio y de sentimientos, con la razón al otro lado del ring, sangras los restos de los últimos sentimientos, coges aire - por la que juras que será la última vez - y te lanzas a ciegas, con los ojos llenos de lágrimas, contra tu peor rival, lo que ves cuando te miras en el espejo.'


An.

domingo, 9 de febrero de 2014

"Lo que busco es tu saliva en mi boca, o igual tus pies en mi cama, tu alma en mis sábanas, tus manos en mi nuca. Y así estoy, mirando debajo de las piedras a ver sí deje alguna llave escondida para cuando llegue de madrugada al frío vacío de esta casa abandonada desde la que te escribo."


Y otra vez la misma habitación.
La misma cama por hacer y la misma pared con fotos que se caen.
Los mismos recuerdos que retumban en los rincones.
Y la misma sensación que le impide huir.
La bombilla, solitaria, parpadea intentando contener su ultimo aliento mientas ella está tumbada en el suelo, con los pies en la pared.

Está de espaldas a la ventana y parece que las vetas de la madera fluyen hasta encontrarse con las ideas que se le amontonan en la cabeza.

El teléfono, silencioso, está tirado por algún rincón, probablemente entre las cervezas vacías.
Colgados del sofá, unos vaqueros.

La luz que entra por las rendijas de la persiana le molesta en los ojos, y en su boca se junta el gusto de la resaca con el sabor amargo de la derrota.
En el calendario hay tachados tres días, y, en la mini cadena empieza a sonar de nuevo la misma canción.
Si no fuera por el tic tac del reloj de la pared, diría que el tiempo se ha parado.

Sin embargo, el ruido de los coches es incontenible.

Ella misma se ha encerrado en una cárcel sin barrotes.

El teléfono comienza a sonar, y se arrastra a por él, dejándose caer luego contra la pared.
Mira quien llama y lo vuelve a dejar caer al suelo.

Reúne fuerzas para levantarse y va a por otra cerveza. Ha perdido la cuenta de las que lleva hoy.

En la cocina, el neón hace que todo sea demasiado reluciente. Era pequeña, pero para un alma solitaria como ella, era demasiado grande.
Se sentó en la encimera, con los pies colgando.

La nevera hacía ruido, y del grifo caían gotas que retumbaban como cañonazos en la habitación.
Las paredes se le caían encima también allí.

De repente, la bola de pelo apareció por la cocina. Se acercó lentamente y en sus ojos se vio reflejada tal y como estaba en ese momento.

Cansada, derrumbada, furiosa.

Con un suspiro se levantó de un salto y se dirigió al baño.
Se quitó la camiseta raída y se metió en la ducha, donde quizá el agua consiguiera sacarla de su cárcel invisible.

Un chorro de agua fría le cayó encima, y, sin previo aviso, empezó a llorar.

Se dejó caer, y, abrazada a sus rodillas, dejó que las lágrimas borraran los efectos del pasado.
Casi lo consigue.

Esta vez la batalla había podido con los prisioneros de guerra.

jueves, 6 de febrero de 2014






'Es eso sabes. Solo eso. La sensación de vacío, de vuelco. Y el saber que cuando vuelva a mirarte a los ojos, pasará otra vez. Y no hay nada que pueda hacer para evitarlo. Lo peor no es eso, sino pensar que realmente le he cogido cariño a esa sensación, y me hace recordar de pronto que hay algo en mí una mínima parte, 
que sigue viva.

A pesar de todo, 
Me sigue gustando el olor a café recién hecho.'

miércoles, 5 de febrero de 2014

xx



Al mundo le importa una mierda si ríes o lloras. Si fumas, follas o bebes. Si dices que eres vegetariano, gordo, heavy, gótico, o moderno. Si usas camisas de cuadros o de lunares, moño, raya al medio o barba de seis meses, cuatro días y tres horas y media. Si oyes electrónica, o metal, o post-hardcore. O clásica. O mejor aún, cantos tibetanos, yo que sé. Al mundo le importa una mierda que seas un machista, o una feminista, o que llores porque no te dio el beso de despedida. 


Al mundo le importa una mierda que te tomes el café frío, que pierdas el bus, o que pongas la música demasiado alta. Que prefieras perderte por el camino, o llegar diez minutos antes para reñir al que llega cinco minutos tarde. Al mundo le importa una mierda tu rallada catorce, o tus siete problemas tan tan grandes que no te dejan dormir. 


Al mundo le importa una jodida mierda si te caes, te duele, te quedas en el suelo o te levantas. Al mundo le importa una mierda tus notas en la carrera, tus recetas del médico, o el lunar que no te gusta en el muslo derecho. Que de repente no te quede bien tu pantalón favorito, o que quieras empezar por vigésimo cuarta vez la 'Operación Bikini'. Que vuelvas al deporte, o no. Que tires tu fotografía favorita a la basura
, o que le des puñetazos a cualquier pared. 


Al mundo le importa una jodida mierda si eres feliz o no, si tienes alguien en quien apoyarte o te niegas a aferrarte a un salvavidas y te dejas hundir. 


Pero cuando ese mundo se reduce a un par de personas que te demuestran que aún quedan cosas por las que tirar, que tu nostalgia es compartida, tus ralladas van a medias, y que con un abrazo el ahogarse es menos ahogo,
es a mi a quien le importa una mierda el mundo.


Que le jodan a todo,
yo sigo. 


An. 

martes, 4 de febrero de 2014

Throw back in time.

No hay manera de describir el cúmulo de cosas que tengo en la cabeza, y si encima, en cada tormenta me cruzo con despedidas más o menos inesperadas acabo de rodillas, y con lágrimas en los ojos. Toca volver a levantarse de nuevo, que te comen las olas. 

Esto funciona así, la tormenta o yo. Y me temblarán las piernas de cansancio, pero para dejarme caer debe acabarse primero la rabia que llevo dentro.



A.
Dicen que tres grados bajo cero. Yo hubiese apuntado unos setenta. 
Tengo el alma helada y el aliento me corta la garganta cuando intento respirar, entre suspiro y suspiro, entre lágrima y bostezo.
Ya no se si te echo de menos lo que me faltan son pasos de cebra en rojo dónde poder dejarme besar, entre suspiro y suspiro.
Y malgasto el tiempo escribiendo en lugar de ir a parar el tráfico. Entre suspiro y suspiro.

J.

lunes, 3 de febrero de 2014

Un par de análisis, cuatro o cinco pruebas retrospectivas y alguna radiografía anímica dieron con la clave de todo lo que somatizaba.
El alma adelgazaba a diario, deprisa; casi no podía percibirlo, y justo cuando lo hacía era demasiado tarde para pararlo. Y así cada tarde.

Anorexia Emocional. Así lo llamé.

J.
¿Sabes? A veces sigo dándole vueltas a la absurda idea de que pronto todo se temple. A veces sigo dándole vueltas al absurdo.

Me miento. Haciéndote creer que la lluvia me resbala cuando en realidad la impermeabilidad no forma parte del diccionario que descansa en mi mesilla de noche, junto a un cactus seco y un flexo viejo sin bombilla.

¿Sabes? Nada se templa. El frío sigue estremeciendo y el absurdo sigue sin tener coherencia. Como si el planteamiento de una calma no tuviera cabida en los cajones por el simple hecho de no tener paraguas.

J.
Dando un sorbo a tu café, mientras estabas distraída mordiéndote el labio, me invadió esa escalofriante sensación de tener que salir corriendo. 
No del bar, ni de la ciudad, ni de ti, que seguías ajena mirando el plato vacío, sino de mi. 
Salir corriendo de mi mismo... Qué estupidez ¿Verdad?
Me gustaba. Realmente era la idea más maravillosa que había tenido durante ese octubre de taciturnidad diaria.

Joder, no sabía hacia dónde. Lo peor de huir es que tienes (o deberías tener siempre que te lo propones) una dirección. Yo no la tenía.
Bueno, empezaría por el bar, luego vendría la ciudad, después tu, y a ver si, con un poco de esa suerte que nunca tuve, podría perderme de mi sombra, que nunca dejó de perseguirme.

No dejé de correr. Mi sombra sigue encontrándome cuando tomo café contigo en el mismo sitio cada viernes a las siete. 
Algo me ha salido mal.

Sigo corriendo.
Sigo con sombra.
Son las siete.

J

domingo, 2 de febrero de 2014

La ví marcharse, riéndose del mundo con una boca color carmín y la linea de las medias serpenteando por sus piernas. Los tacones sonaban y la chaqueta que iba arrastrando susurraba los sentimientos que silenciaban sus ojos.
La última vez que me miró, fue al girarse y decirme con los ojos que se iba para no volver. Aún extraño el olor de su perfume por las mañanas y los dedos de pianista jugando con mi espalda.
Aún.
Y quizá.


An.
Se mordía las uñas hasta que los dedos le sangraban. Solía hacerlo aun más en épocas de estrés, que era cada martes y algún que otro domingo de invierno, sobretodo en Diciembre.

viernes, 31 de enero de 2014

Y los líos de sábanas ya se cansan de esperarnos.

'He tachado tantas X en el calendario desde que te fuiste que ya no sé si las manchas de tinta se mezclan con las del café, 
o con los suspiros que se cuelan por las rendijas de la persiana. 
Y yo aquí,
jugando a la hora del té con tu recuerdo.
Y la música suena,
sin nada que perder desde que te dejaste de enredar en las sábanas conmigo.'
Duermo con la ventana abierta para que mis fantasmas salgan cuando no mira. Nunca lo hacen. La melancolía que encierran mis sábanas calienta sus pies, y los míos - sin calcetines - y no quieren huir. Es un momento de embriagadora tristeza y nostálgico placer que me abate, que me excita, que me mata.
La oscuridad de la noche es el refugio del esplendor del alma y tan sólo la saudade de mis entrañas aparece para atacarme, a mí, que duermo sólo. La almohada mañana estará húmeda, como casi cada mañana.

J.

jueves, 30 de enero de 2014

''La realidad tiene un trastorno límite de la personalidad
y su cara oculta son los fantasmas hijos de puta.''

'La tristeza es como el frío,
también.
Una vez que se te mete en el cuerpo,
es muy difícil quitarlo.'


An.

martes, 28 de enero de 2014

A quién queremos engañar.

Desde que no me preparas el café, 
la música suena más vacía; 
el sexo más insípido,
y las noches más eternas. 

Y no hablemos de amanecer,
sin risas,
sin líos de sábanas,
sin tí. 
Ese orgásmico estado de insatisfacción permanente, en el que, sin habernos dado cuenta, nos encontramos extasiados. Salivando tan sólo por la idea de la reciprocidad; casi inexistente. Absortos.
J.

lunes, 27 de enero de 2014




[...] Lo único que quería [iba a decir “necesitaba” pero me pareció, primero, demasiado cursi, después, demasiado fácil] era tirar el chicle, como cuando empiezas a comer, porque eso “necesitaba”, empezar a comerte. Empezar a comerte yo y que terminases comiéndome tú.

Querer y necesitar se parecen demasiado. A veces las confundo, a veces creo que te necesito.


Mierda. Sigo queriendo tirar el chicle. [...]
J. Señorán

martes, 21 de enero de 2014

¿Dónde quedaron los días en los que te robaba los besos y nos reíamos de nuestras sombras? 

El café se me está enfriando,
y nunca se me dieron bien las despedidas.

lunes, 20 de enero de 2014

miércoles, 15 de enero de 2014

Siempre fui mas de hacerme daño que de herir, y más de suicidarme que de matar. 
Siempre fui estúpido.
J.

lunes, 13 de enero de 2014


Son las tres de la tarde, hace sol y hoy volvieron a sangrar las yemas de mis dedos. Había pasado un tiempo desde la última vez que lo hicieron, por miedo. Hoy era por ti. Por miedo también.

[...]
J.

He pasado a tomarme el café frío. Igual es por sentir algo que no sea sólo psicológico psiquiátrico.
'Nothing like a woman with a brilliant mind,
and a filthy mouth.' 

sábado, 11 de enero de 2014

Cafés solos y noches frías. O al revés. Dile al monstruo de debajo de la cama que si quiere acompañarnos, que le toca a él la próxima cafetera.

J & An. Both. [2:40 a.m.]
[...]
Coffe is my new best friend... well... it's my new lover, my new best lover. Damn... It's happening again... Every single sunday we fall in love eachother, or at list we pretend. 

Sounds like you and me.
It's the same as you and me.
We fall in love every single day, and we hate eachother at night for not being together. Every single sunday. Every single day. Every single night.

Every single cup.
J.

"Se puede aceptar la muerte, pero nadie puede aceptar el dolor profundo y devastador. El dolor intratable, es como el infierno. Sin escapatoria. Sin esperanza."


viernes, 10 de enero de 2014

Ñé.

Yo no sé por qué salgo de compras,
Si ultimamente lo único que quiero es que me desnudes. 

martes, 7 de enero de 2014

lunes, 6 de enero de 2014

Y así se seducían. Parte II.

[01:42]
J: Porque estás sexy. La saudade se te nota. La encrucijada también. Eso intimida.
An: Ahora desprendo erotismo por no saber si cortarme las venas o dejármelas largas.
J: Algo así. 
Sustituir almohada por café y sábana por azúcar. Dos, por favor.
JRS

Y así se seducían. Parte I.

[01:03]
An: Gracias a mi problema con los libros acabo de terminarme uno de 197 páginas en menos de 2 horas.
J: An, eres la puta ama.
An: Lo peor es que me ha gustado.
J: A mi me acabas de poner muchísimo realemente.
An: ¿Por leer rápido?
J: Sí, es una cualidad muy sexy. tú y Pat. la tenéis.
An: Leer es casi equiparable al sexo.
Hoy es una de esas noches.
De las que el sueño acecha sin piedad bajo la cama, te invita a sumergirte y tu quieres sucumbir. Pero no lo haces. No lo haces porque la sombra que proyecta la luz de la calle sobre el techo te observa. Y tú también a ella. Oscura.



domingo, 5 de enero de 2014

'A veces llegan inviernos que te calan hasta los huesos y que no te dan descanso. A veces llegan días de niebla que te dejan con vaho en el sentido común. Hay inviernos que te dejan banda sonora con regusto a jazz. Hay inviernos que traen fechas que no puedes borrar y recuerdos que se empeñan en seguir bajo la piel. Hay inviernos, los que a veces, aún te echo de menos.'



If you can't be happy at least you can be drunk.

'Como aquel que solo sabe lamerse las heridas después de bañarlas en whisky.
Como aquel que cuenta los daños, en vez de los días.
Como aquel que besa por desquite.'
"Nos tenemos pillados por los huevos. Pero con filosofía."
An.

viernes, 3 de enero de 2014

[01:45]
J: Tú te hacías la dormida, y el infierno había vuelto.
An: Hell is back my luv.
J: Yo ahora sólo quiero tener un chicle, para después querer tirarlo.
An: Y yo una copa, y la música tan alta que no nos oigamos.
J: Para tener que gritarte. Para tener que gritarnos. Cerca.
An: Oh Fuck! you did it again!
J: As you my dear. ¡Cómo si no estuviéramos ya del revés por dentro!
An: Jodidos pero sin miedo. ¿Precipicio lo llamabas?
J: No, Enero. Pero también servía Domingo, aunque fuera Jueves.

[10:16]
An: Adivina quién me despertó.
J: adivina tú quien me despertó a mí. Pues eso.
An: Fuck our lifes.

miércoles, 1 de enero de 2014

who we are.


ANDREA RUANO F. (by JRS)

Cafeína. Un poco de morfina y pintalabios.

¿Has notado alguna vez que puedes hablar con alguien sólo con monosílabos y entender tanto como si las frases ocuparan veinticuatro líneas al ser escritas? Pues es exactamente eso lo que pasa.

Ojos ahumados y uñas negras, casi siempre.

Tiene las manos más bonitas de Salamanca. Seguramente no, pero a mi me gustan, como sus piernas, ambas, sí. La vida se hace a veces tan amarga que necesitamos, sobre todo cuando estamos juntos y nadie nos ve, más de cuatro cucharadas de azúcar en el té, mejor si es de naranja, o de canela y leche.

Ella no se esperaba el infierno, él tampoco se la esperaba a ella.
 Huele a frío. Sabe a tormenta y las perlas le dan risa.

Las normas están para romperse, y las cabezas, si ajenas mejor, también.
Así es que le escribo, ella me escribe; y así funciona.
Yo la hundo y ella me sumerge. Porque la melancolía compartida es más melancolía y menos pena.
Así es que nos escribimos, nos hundimos, nos sumergimos; y así funciona.

Ella no se esperaba el infierno, él tampoco se la esperaba a ella [otra vez].
Cafeína. Un poco de morfina y pintalabios.

Sálvese quien pueda





JOSE R. SEÑORÁN  (by ARF)
 Azul si fuera un color. 
Te dirá café, si le preguntas qué quiere beber. O eso, o un gintonic, con aceituna y un par de buenas canciones. 
Siempre sale de casa con una americana, y una bufanda. Y no sabría decirte si lo veo más guapo, con una camiseta de rayas, o envuelto en un jersey de lana. Tampoco me lo planteo, en realidad siempre lo está. 
Y no es una opinión. 

Es una maraña de rizos que te inspira tanta confianza, que sabes que puedes pasar de las risas a las lágrimas en menos de tres frases. Con un saludo, y una despedida. 

Es especialista en darle voces al sentido común sin plantearse nada más que vaciar los pulmones de golpe. Cuando alguien te dice de quedar para tomar un café y sabes que vas a acabar con más alcohol que sangre en las venas, dándole la espalda al mundo y desafinando en los acordes de la trigesimo cuarta canción del cuarto bar, sabes que lo has encontrado.
Cuando alguien como él le planta cara a los fantasmas, ellos se esconden detrás de la puerta, aunque sea por un rato. Y porque sabes que si te da un abrazo, estarás a salvo. Porque al menos los míos, los hijos de puta de todas las noches, ahora lo miran de reojo por si acaso sale a enfrentarse a ellos. 

Y porque si juntamos su infierno y el mío, sale la ecuación perfecta para un caos con nombre propio, y licencia para matar



Y los vivos se encuentran con los vivos; y los muertos con los muertos. A veces, los heridos curan a los locos, y los locos piensan por los cuerdos.