jueves, 16 de octubre de 2014

Fall.

La niebla nos envolvía como una nube de desengaños, y el humo de su cigarro se mezclaba con ese frío invernal que huele a desesperanza. Con las manos en los bolsillos del pantalón, suspiraba mientras el horizonte se desdibujaba, y yo,
desde su espalda, dibujaba mentalmente todas las lineas de su espalda,

aunque no me atreviera a tocarlo.

Ese aire de melancolía y tristeza, mezclado los restos del tabaco de liar es algo que hay que tener muchos cojones para romper,

y yo,
qué queréis que os diga,
pero nunca fui tan valiente.