Era viernes y hacía frío, como es normal en
Diciembre. No recuerda si eran las siete de la tarde o las nueve de la mañana,
pero no importa, era viernes y hacía frío, como es normal en Diciembre.
Todo en orden: jerséis en invierno, y
pantalón corto en verano, eso sí, el café es atemporal, da igual que el
termómetro marque cinco que cuarenta, con leche y dos de azúcar.
Nunca (o casi nunca) llevaba calcetines, ni
se bañaba por las noches. Odiaba los martes, más que los lunes; los miércoles
tampoco le gustaban mucho, aunque si más que los domingos y los viernes. Le
gustaban los jueves. Y Octubre. Y Abril.
Se mordía las uñas hasta que el dedo le
sangraba, solía hacerlo más en épocas de estrés, que era cada martes y algún
que otro domingo de invierno, sobretodo en Diciembre. Rara vez se desnudaba
para dormir y en ocasiones hacía la colada con ropa de un solo color.
Cada mañana se cepillaba los dientes al
despertar.
No es consciente del día que empezó a
dibujar, pero no ha parado desde entonces, le pasaba lo mismo con la comida
china y con el té de canela.
Jugaba a ser fotógrafo, y a veces hacía con
que escribía cosas tristes.
Creo que una vez estuvo enamorado.
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